Y en aquel momento me cogió de la mano, me ayudó a levantarme. "Arriba princesa" me dijo mientras me sonreía, "esto ya ha acabado". No me lo podía creer. ¿Cómo podía verme él y los demás no? Me limpió las lagrimas de las mejillas y me colocó el mechón detrás de la oreja y consiguió que sonriese.
No sabía si era real o no, pero tampoco me importaba. No sabía si me haría daño como todos los demás o no, pero tampoco me importaba. Me había hecho sonreír.
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