sábado, 26 de octubre de 2013

¡AHORA!

-¡SALTA!- Gritó Spencer- ¡No te lo pienses!
Ella saltó, desde lo alto de la roca. Parecía demasiado alto, pero ella lo había hecho. Se le escuchó gritar antes de llegar al agua. Un remolino de espuma apareció por donde ella había entrado, instantes más tarde su cabeza emergió a la superficie riendo. 
Anna se lo pensó mucho antes de seguir a su amiga por lo que parecía una caída infinita. Así lo sintió cuando saltó. Una caída, una sensación increíble de libertad. Estaba volando. Y cuando empezó a disfrutar llegó el mejor momento, el agua fría y luego caliente, la sensación de flotar. Cuando salió a la superficie buscó a Spencer con la mirada. No hicieron falta más palabras. Nadaron la una hacia la otra, se abrazaron y rompieron a reír. No hicieron falta más palabras. Solo sus miradas. Y al siguiente instante ya iban de camino a la orilla para volver a saltar. Para volver a ser libres. Volver a nadar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario