Y aquí estoy yo, sentada frente a mi portátil intentando adivinar cual es el siguiente paso. Unos días me siento valiente y segura y pienso, la próxima vez que le vea se lo digo y todo saldrá bien, otros días, como hoy, se me va el animo, la valentía y la seguridad, y pienso: no le gustas en absoluto. Y aunque le gustases ¿funcionaría?
Llevo tanto tiempo dándole vueltas a este problema que ya no recuerdo lo que es no pensar en ello. Me levanto cada día pensando ¿me hablará hoy? y yo no le hablo cada día porque pienso que soy demasiado pesada, que si él no me habla a mi es porque no tiene ganas de hacerlo.
Por otra parte siempre puedo seguir mi esquema de toda la vida, lanzarme a la piscina y si se vacía y me la pego pues bueno... una cicatriz más, no es la primera ni será la última. ¿Tanto miedo me da volver a pasarlo mal? No es la primera vez que me rompen el corazón.
No sé cual será mi próximo paso, si mañana me levantaré pensado que si o me levantaré pensando que no. Solo sé que me voy a dormir con un deseo que de que ocurra una cosa que es imposible.
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